Mensaje del Superior General
Estimados cohermanos y amigos,
Me encuentro visitando actualmente los cohermanos de Papuasia, Filipinas e Indonesia pero permanezco unido a toda la congregación. Quiero llegar hoy a todos para desear a cada uno de ustedes que caminemos hacia la Pascua con un corazón misionero para vivir en profundidad la alegría de Jesús Resucitado y dar testimonio de su presencia en nuestra vida y en nuestro ministerio.
Vivimos en la Iglesia un tiempo particular que nos motiva a profundizar personal y comunitariamente la orientación que nos dio el último capítulo general: « Permitir a Dios que venga a nosotros, entre nosotros y en el mundo a través de nosotros.”
El papa Francisco, con su exhortación Apostólica Evangelii Gaudium y por su ejemplo de vida, nos invita a un esfuerzo cada vez mayor en la misma dirección: “A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dáis alimento mutuamente y cómo os acompañáis: “En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis unos a otros” (Jn. 13,35)” (EG 99).
La canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II el 27 de abril es para nuestra Familia un acontecimiento extraordinario. Como bien lo sabemos, Juan XXIII y Juan Pablo II tuvieron vínculos muy especiales con la Familia Montfortiana. Su canonización es una ocasión especial para releer y apropiarnos la herencia humana, espiritual y misionera de estas dos grandes figuras de la Iglesia de nuestro tiempo.
La fiesta litúrgica de san Luis María de Montfort, nuestro fundador y guía, el 28 de abril, nos invita una vez más a reconocer las raíces comunes que nos unen a la inmensa riqueza de su herencia espiritual para nuestras comunidades y para toda la Iglesia.
Los invito a poner bajo la protección de María, la Virgen Fiel, las sesiones que tendremos en los próximos meses, sobre la protección de las personas vulnerables, en junio, y la sesión con las entidades del norte, en octubre. Son momentos importantes de nuestra vida de congregación y todos nosotros debemos participar con nuestro aporte personal o con nuestra oración.
Que el Señor Jesús, que fue enviado al mundo para darnos el amor del Padre, nos llene del Espíritu de Dios para ser capaces de continuar con alegría y fidelidad la misión monfortiana hoy.
¡ Felices Pascuas !
¡ Feliz Fiesta de san Luis María de Montfort !
P. Santino Brembilla, SMM
Superior General
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