Tomar conciencia del presente y preparar el futuro : Las entidades de Europa y Norte América se encuentran
NEMI, Roma - Los superiores de las entidades europeas y norte-americanas se han reunido a Nemi, cerca de Roma, desde el 1.ro hasta el 4 de octubre del 2014. El objetivo era compartir, en una sola familia, una reflexión sobre la presencia monfortiana en Europa y en América del Norte, para preparar el futuro.
En la carta de invitación, p. Santino, Superior General, ha puesto en relación estrecha esta reunión con el próximo acontecimiento del tricentenario de la muerte de nuestro Padre Fundador: “…queremos continuar nuestra preparación a este aniversario con caminos de interiorización del mensaje y de la experiencia vivida de su testimonio espiritual que se nos ha dado como herencia, con el objetivo de buscar la realidad de la presencia monfortiana en nuestros países – siempre preguntándonos que es lo que el Señor desea para el futuro”.
La reunión ha sido en realidad un momento de gracia y de discernimiento. Hemos puesto a luz las fuerzas y los desafíos de nuestra presencia en los países occidentales, a la luz de la herencia espiritual de nuestro Fundador, san Luis María Grignion de Montfort, el cual nos invita a confiar nuestro presente y nuestro futuro a la Providencia de Dios.
La reunión ha sido aún más singular a razón de la presencia de algunos laicos quienes, de diferentes maneras, están asociados a nuestra familia. Entre los 35 participantes, 8 eran laicos: 1 de Bélgica, 1 de Estados Unidos, 2 de Gran Bretaña, 2 de Francia y 2 de Italia. La presencia de ellos ha dado esperanza para nuestro futuro en Europa y América del Norte. De modo muy concreto y personal, ellos dijeron a los participantes que la espiritualidad de San Luis de Montfort es un don para toda la Iglesia y tiene una actualidad e importancia para muchas personas hoy. La presencia de ellos ha sido un don para todos nosotros.
El diálogo ha sido enriquecedor y sincero, caracterizado por una búsqueda abierta y un espíritu fraterno.
Agradecemos a Sor Micheline Tramblay, de la Congregación de la Santa Cruz, que ha facilitado el desarrollo de la reunión y también al hermano Roger Bossé, de la Congregación del Sagrado Corazón, nuestro traductor, que ha permitido a los participantes de comunicar e intercambiar con más fluidez.
Un agradecimiento a todos los que han ofrecido sus plegarias para esta reunión: esto ha hecho nuestro encuentro significativo y fecundo.
En la carta de invitación, p. Santino, Superior General, ha puesto en relación estrecha esta reunión con el próximo acontecimiento del tricentenario de la muerte de nuestro Padre Fundador: “…queremos continuar nuestra preparación a este aniversario con caminos de interiorización del mensaje y de la experiencia vivida de su testimonio espiritual que se nos ha dado como herencia, con el objetivo de buscar la realidad de la presencia monfortiana en nuestros países – siempre preguntándonos que es lo que el Señor desea para el futuro”.
La reunión ha sido en realidad un momento de gracia y de discernimiento. Hemos puesto a luz las fuerzas y los desafíos de nuestra presencia en los países occidentales, a la luz de la herencia espiritual de nuestro Fundador, san Luis María Grignion de Montfort, el cual nos invita a confiar nuestro presente y nuestro futuro a la Providencia de Dios.
La reunión ha sido aún más singular a razón de la presencia de algunos laicos quienes, de diferentes maneras, están asociados a nuestra familia. Entre los 35 participantes, 8 eran laicos: 1 de Bélgica, 1 de Estados Unidos, 2 de Gran Bretaña, 2 de Francia y 2 de Italia. La presencia de ellos ha dado esperanza para nuestro futuro en Europa y América del Norte. De modo muy concreto y personal, ellos dijeron a los participantes que la espiritualidad de San Luis de Montfort es un don para toda la Iglesia y tiene una actualidad e importancia para muchas personas hoy. La presencia de ellos ha sido un don para todos nosotros.
El diálogo ha sido enriquecedor y sincero, caracterizado por una búsqueda abierta y un espíritu fraterno.
Agradecemos a Sor Micheline Tramblay, de la Congregación de la Santa Cruz, que ha facilitado el desarrollo de la reunión y también al hermano Roger Bossé, de la Congregación del Sagrado Corazón, nuestro traductor, que ha permitido a los participantes de comunicar e intercambiar con más fluidez.
Un agradecimiento a todos los que han ofrecido sus plegarias para esta reunión: esto ha hecho nuestro encuentro significativo y fecundo.
En la carta de invitación, p. Santino, Superior General, ha puesto en relación estrecha esta reunión con el próximo acontecimiento del tricentenario de la muerte de nuestro Padre Fundador: “…queremos continuar nuestra preparación a este aniversario con caminos de interiorización del mensaje y de la experiencia vivida de su testimonio espiritual que se nos ha dado como herencia, con el objetivo de buscar la realidad de la presencia monfortiana en nuestros países – siempre preguntándonos que es lo que el Señor desea para el futuro”.
La reunión ha sido en realidad un momento de gracia y de discernimiento. Hemos puesto a luz las fuerzas y los desafíos de nuestra presencia en los países occidentales, a la luz de la herencia espiritual de nuestro Fundador, san Luis María Grignion de Montfort, el cual nos invita a confiar nuestro presente y nuestro futuro a la Providencia de Dios.
La reunión ha sido aún más singular a razón de la presencia de algunos laicos quienes, de diferentes maneras, están asociados a nuestra familia. Entre los 35 participantes, 8 eran laicos: 1 de Bélgica, 1 de Estados Unidos, 2 de Gran Bretaña, 2 de Francia y 2 de Italia. La presencia de ellos ha dado esperanza para nuestro futuro en Europa y América del Norte. De modo muy concreto y personal, ellos dijeron a los participantes que la espiritualidad de San Luis de Montfort es un don para toda la Iglesia y tiene una actualidad e importancia para muchas personas hoy. La presencia de ellos ha sido un don para todos nosotros.
El diálogo ha sido enriquecedor y sincero, caracterizado por una búsqueda abierta y un espíritu fraterno.
Agradecemos a Sor Micheline Tramblay, de la Congregación de la Santa Cruz, que ha facilitado el desarrollo de la reunión y también al hermano Roger Bossé, de la Congregación del Sagrado Corazón, nuestro traductor, que ha permitido a los participantes de comunicar e intercambiar con más fluidez.
Un agradecimiento a todos los que han ofrecido sus plegarias para esta reunión: esto ha hecho nuestro encuentro significativo y fecundo.
-P. Dwi
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