FRANCIA: La 66a. Peregrinación Montfortiana a Lourdes
Lourdes es un pequeño pueblo situado en las estribaciones de los Pirineos, en el suroccidente de Francia. Es famoso por las apariciones de la Virgen a Bernadita Soubirous en 1858. La Santísima Virgen María se le apareció en dieciocho ocasiones y desde entonces Lourdes se ha convertido en un importante lugar de peregrinación católica romana y de curaciones milagrosas.
La provincia montfortiana de Francia tiene la tradición de organizar de la peregrinación a Lourdes cada año en honor de Nuestra Señora. Este año fue la 66ª. Peregrinación monfortiana; la primera de las cuales tuvo lugar el 25 de abril 1949. El tema este año fue: "la alegría de la conversión". Todo comenzó el 23 de abril con la celebración eucarística presidida por monseñor Raymond Centène, obispo de la diócesis de Vannes. La lectura del evangelio fue sobre los dos discípulos de Emaús (Lucas 24:13-35). Después de reconocer a Jesús, se convirtieron y regresaron a Jerusalén. Durante la homilía, monseñor Centène dijo a los peregrinos que la conversión es volver a ser uno mismo con el fin de descubrir a Cristo resucitado tal como lo hicieron los dos discípulos.
Siendo mi primera experiencia, esta peregrinación fue algo maravilloso. Muchas cosas interesantes sucedieron allí. Les comparto algunas de las que fui testigo: eran unos cinco mil peregrinos monfortianos, entre ellos los superiores y/o miembros de las diferentes comunidades de la familia monfortiana (SMM, hdlS, y FSG), los enfermos, personas discapacitadas, voluntarios laicos, jóvenes y niños... Cada uno contribuyó desde su puesto de misión asignado.
Hubo otros dos momentos importantes que me impactaron. El primero fue durante la unción de los enfermos. Después de la homilía, monseñor Centène junto con los otros sacerdotes dio el sacramento de la unción a los enfermos. Estuvieron acompañados por los diáconos y seminaristas monfortianos. Hubo diferentes emociones: lágrimas de alegría, de tristeza, de esperanza y amor ... me encontré, por ejemplo, con una mujer que después de ser ungida, comenzó a cantar con el coro, mientras su hijo estaba llorando. La oí decir a su hijo: "Deja de llorar, debemos regocijarnos en el Señor resucitado, como dijo el obispo." Yo estaba muy conmovido por la valentía y el testimonio de esta mujer enferma.
El segundo momento importante fue durante la "Procesión mariana". Nunca había visto algo semejante; no se trataba sólo de los cinco mil peregrinos Monfortianos sino de todos los peregrinos que estaban allí en Lourdes quienes participaron en la procesión de ese día. En todos los rincones del lugar santo, había personas que llevaban sus velas encendidas y ofrecían el rosario. El coro estuvo muy bien organizado y todo esto a pesar del frío (alrededor de 2 ° C); se sentía que la Santísima Virgen María estaba con nosotros.
Otras cosas importantes que pude descubrir en Lourdes son la tradición del agua que la gente recoge para tomar y el baño personal en la piscina. Esto sucedió en la novena aparición que tuvo lugar el 25 de febrero, cuando Nuestra Señora indicó un lugar a Bernadita en la gruta en el que ella descubrió un manantial: "Ve a beber de la fuente y lávate allí". Esto se ha convertido en una práctica para cada peregrino que va a Lourdes a beber agua de la fuente y la lleva a su propio país; y también el baño de cada uno en la piscina. Con fe, los peregrinos se purifican y se convierten.
Otro elemento es la gruta donde cientos de miles de personas se reúnen para honrar a Nuestra Señora de Lourdes a través de la intercesión de Santa Bernadita. Este es el lugar donde tuvo lugar la 16ª. aparición el 25 de marzo y durante la cual, después de la cuarta petición de Bernadita, la Virgen finalmente reveló su nombre: "Que soy era immaculada councepciou ", que significa "Yo soy la Inmaculada Concepción". Se nos cuenta que Bernadita corrió a repetir el mensaje al sacerdote de la parroquia y este quedó convencido de la aparición porque la pequeña Bernadita, que no era capaz de retener las más simples lecciones de catecismo, no podría haber encontrado esas palabras por sí misma.
Nuestra peregrinación culminó con la Misa de envío, durante la cual el padre Jorge Enrique, representando al padre Santino Brembilla, Superior General de la Compañía de María, impactó a los peregrinos a través de su homilía. El padre Enrique dijo a los fieles que por nuestra conversión, podemos cambiar el mundo y la vida de nuestros hermanos y hermanas; con una simple mirada, con nuestra sonrisa, nuestra actitud, generosidad... Luego enfatizó a los participantes que la peregrinación no ha terminado, sino que acaba de empezar.
Ciertamente, la 66 ª peregrinación monfortiana a Lourdes terminó en un espíritu de fraternidad, alegría, servicio, felicidad, amor y el testimonio de unos a otros. Por tanto, mi invitación personal a todos los que tienen la espiritualidad mariana la resumo en esta comparación. Todo musulmán va a la Meca en la peregrinación, ¿por qué no ir nosotros a Lourdes, que es considerada la capital mundial de las apariciones marianas?
Lourdes 27 de Abril de 2014
Didoh Bomalose, SMM
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