CANADA : ¡ Cuatro Festejados !
Celebración de cuatro aniversarios de ordenación en Pointe-du-Lac, el 4 de marzo de 2014
A lo largo del año avanzamos al ritmo de las fiestas que le dan sentido a nuestro camino como creyentes. En algunos países, el 4 de marzo habrá sido sin duda una jornada de celebraciones y carnavales, una jornada que anuncia, con el Miércoles de Ceniza, la apertura de un período de 40 días de conversión y penitencia. Para nosotros, nuestro “carnaval” fue ante todo una bella celebración de acción de gracias por cuatro aniversarios de ordenación: nuestro decano, el P. Dorio M-Marie Huot quien cumplió al inicio del año 100 años(!), celebraba 75 años de ordenación; el padre Germain Vincent con 94 años, 70 años de ordenación; Monseñor Gerard Deschamps quien cumplió 84 años, 60 años de ordenación y el padre Raoul Deshaies, con 76 años, celebraba 50 años de ordenación. La celebración estuvo presidida por el padre Claude Sigouin, vice provincial, en la capilla del Cenáculo de san Pedro en Trois-Rivières. Como se sabe, esta es una enfermería privada en la cual 12 de nuestros cohermanos mayores, 7 padres y 5 hermanos, viven con religiosos de otras congregaciones sobre todo padres y hermanos de la fraternidad sacerdotal. El propietario da la prioridad a los religiosos pero acoge también algunos laicos (hombres y mujeres) que aceptan compartir el ritmo de vida característico de una enfermería religiosa.
El canto de entrada, animado por Antonin Maltais, marcó el tono de la celebración : « El Espíritu del Señor está sobre mí, el Espíritu de Dios me ha consagrado, el Espíritu del Señor me ha enviado a proclamar la paz, la alegría…!!”. La palabra de Dios nos recordó el pasaje célebre de los Hechos de los Apóstoles después de la Ascensión: “Entonces (los apóstoles) se volvieron a Jerusalén desde el Monte de los Olivos….Cuando llegaron, subieron al piso superior donde se alojaban (el cenáculo)…. Todos ellos con algunas mujeres, la madre de Jesús y sus parientes, persistían unánimes en la oración” (Hech. 1,12-14). En su homilía el padre Sigouin sacó a relucir el trabajo apostólico realizado por cada uno de los homenajeados. A través de textos de la Súplica Ardiente fue mostrando que como monfortianos cada uno de ellos han sido personas escogidas por Dios y confiadas por Él a María. La celebración en la capilla se terminó con el canto del « Magnificat, Magnificat! Mi alma exulta de alegría » y se continuó con un brindis y un almuerzo con todos los pensionados de la casa. Por solidaridad con nuestros cohermanos, el padre Sigouin decidió prolongar su estadía en el Cenáculo hasta el día siguiente para presidir la eucaristía del Miércoles de Ceniza e inaugurar así el tiempo de Cuaresma con nuestros hermanos mayores.
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