¿Quiénes somos?
Quiénes Somos
La Compañía de María (también conocida como los Misioneros Monfortianos) es una congregación religiosa internacional en la Iglesia Católica 
Romana, dedicada al establecimiento del reino de Dios bajo el patrocinio de María, la Madre de Jesús. Fue fundada a principios del siglo XVIII por San Luis María Grignion de Montfort. Hoy cuenta con poco menos de 1.000 sacerdotes y hermanos, que llevan a cabo sus misiones en unos 30 países diferentes.
Romana, dedicada al establecimiento del reino de Dios bajo el patrocinio de María, la Madre de Jesús. Fue fundada a principios del siglo XVIII por San Luis María Grignion de Montfort. Hoy cuenta con poco menos de 1.000 sacerdotes y hermanos, que llevan a cabo sus misiones en unos 30 países diferentes. Padres y Hermanos de la Compañía de María
Para realizar su idea de las misiones parroquiales, como un medio para revitalizar la fe en los suburbios y en los campos más marginados, Luis María Grignion, todavía joven sacerdote, quiso reunir a su alrededor sacerdotes para la predicación y administración de los sacramentos, y algunos hermanos laicos para la
organización material, liderar encuentros, celebraciones, procesiones y enseñar el catecismo a los pobres y niños marginados. Para muchos de estos últimos, esta fue una oportunidad para aprender a leer.
organización material, liderar encuentros, celebraciones, procesiones y enseñar el catecismo a los pobres y niños marginados. Para muchos de estos últimos, esta fue una oportunidad para aprender a leer. Luis María había encontrado a un joven de 18 años llamado Mathurin Rangeard dispuesto a ayudarlo. Lo acompañó durante muchos años en las misiones parroquiales y se mantuvo fiel a él durante toda su vida, pero nunca hizo sus votos. Con el tiempo, otros hermanos se unieron al misionero: Gabriel, Louis, Nicolas y Philippe, así como dos sacerdotes: René Mulot y Adrien Vatel, y algunos auxiliares laicos como Jean, Jacques y Mathurin. Estos formaron el primer núcleo de la 
Compañía. Los hermanos, con o sin votos, pronto se dividieron en dos grupos: el primero estaba más interesado en los aspectos materiales de la misión y la animación de las asambleas, como Mathurin, que era un cantante extraordinario. Los otros Hermanos formaron, reflejando los deseos de Montfort, "los Hermanos de la Comunidad del Espíritu Santo, para la gestión de escuelas caritativas". Así, Jacques creó una escuela en St. Laurent para los niños de familias desfavorecidas.
Compañía. Los hermanos, con o sin votos, pronto se dividieron en dos grupos: el primero estaba más interesado en los aspectos materiales de la misión y la animación de las asambleas, como Mathurin, que era un cantante extraordinario. Los otros Hermanos formaron, reflejando los deseos de Montfort, "los Hermanos de la Comunidad del Espíritu Santo, para la gestión de escuelas caritativas". Así, Jacques creó una escuela en St. Laurent para los niños de familias desfavorecidas. Cien años después, bajo el impulso del Padre Gabriel Deshayes (1767-1841), que se había convertido en Superior General de la Compañía de María y había fundado varios Institutos, algunos cohermanos se habían
especializado incluso en la enseñanza de niños discapacitados, sordos y mudos. y los ciegos, nacieron los "Hermanos de la Educación Cristiana", o más comúnmente conocidos como "Hermanos de San Gabriel".
especializado incluso en la enseñanza de niños discapacitados, sordos y mudos. y los ciegos, nacieron los "Hermanos de la Educación Cristiana", o más comúnmente conocidos como "Hermanos de San Gabriel". Durante el siglo XIX, el desarrollo de las misiones en el extranjero llevó a los Padres y Hermanos de la Compañía, como a tantos religiosos de otras comunidades, a trabajar juntos por el servicio de la Iglesia en la evangelización y por el desarrollo de los pueblos. Los Hermanos en particular han enriquecido la Misión con sus talentos, especialmente como constructores, agricultores, secretarios, animadores de catequesis y liturgia: servicios que continúan ofreciendo con la ayuda de las computadoras e Internet.
Hoy, en todo el mundo, Padres y Hermanos viven en complementariedad. Con su servicio en áreas pastorales, revistas, retiros, peregrinaciones o compromisos profesionales, llevan a cabo el proyecto apostólico de San Luis María: recordar a los cristianos la seriedad de sus promesas bautismales mientras trabajan por la venida del Reino de Dios.
Todos se encomiendan a la Santísima Virgen, Madre e hija de la Iglesia, patrona de nuestra Congregación, para avanzar juntos en la búsqueda de una "nueva evangelización".